¿Cómo beneficia el queso a nuestro sistema inmunológico?

El queso no solo es un alimento delicioso que enriquece nuestra dieta, sino que también tiene propiedades que pueden contribuir significativamente al fortalecimiento del sistema inmunológico.

Aunque durante mucho tiempo se le asoció más con su aporte calórico o graso, estudios recientes han destacado su papel como un aliado para la salud, gracias a su contenido en nutrientes esenciales, probióticos y compuestos bioactivos.

Nutrientes del queso que refuerzan la inmunidad

  1. Proteínas de alta calidad
    • El queso es una fuente rica en proteínas, fundamentales para la formación y reparación de tejidos, incluyendo las células del sistema inmunológico, como los linfocitos. Estas proteínas también son necesarias para la producción de anticuerpos, que son la primera línea de defensa del organismo frente a infecciones.
  2. Vitaminas esenciales
    • Vitamina A: Presente en muchos quesos, esta vitamina es crucial para mantener la salud de las mucosas que recubren las vías respiratorias y digestivas, las cuales actúan como barreras físicas contra patógenos.
    • Vitamina D: Algunos quesos, especialmente aquellos enriquecidos, contienen vitamina D, conocida por su papel en la regulación del sistema inmunológico y en la activación de células inmunitarias como los macrófagos.
    • Vitamina B12: Es esencial para la producción de glóbulos rojos y el funcionamiento adecuado del sistema nervioso, además de contribuir a una respuesta inmune eficaz.
  3. Minerales esenciales
    • Zinc: Algunos quesos, como el cheddar o el gouda, contienen cantidades significativas de zinc, un mineral clave para el desarrollo y la activación de las células inmunitarias.
    • Calcio: Aunque más conocido por su papel en la salud ósea, el calcio también participa en la señalización celular, ayudando a coordinar la respuesta inmune.

Los probióticos del queso y su impacto en la inmunidad

Los quesos fermentados, como el gouda, el brie y algunos tipos de queso azul, son ricos en probióticos, bacterias beneficiosas que colonizan el intestino y desempeñan un papel crucial en la salud inmunológica.

  • El vínculo entre el intestino y la inmunidad:
    Más del 70% del sistema inmunológico se encuentra en el intestino. Los probióticos ayudan a mantener un equilibrio saludable en la microbiota intestinal, lo que reduce la inflamación crónica y mejora la capacidad del organismo para combatir infecciones.
  • Estudios científicos destacados:
    Una investigación publicada en Frontiers in Microbiology en 2020 destacó que los quesos fermentados contienen cepas de bacterias como Lactobacillus y Bifidobacterium, que pueden modular la respuesta inmune y aumentar la producción de citoquinas antiinflamatorias.

Propiedades antioxidantes del queso

El queso también contiene compuestos antioxidantes, como péptidos bioactivos y ciertos ácidos grasos, que ayudan a combatir el estrés oxidativo. Este estrés, causado por un exceso de radicales libres en el organismo, puede debilitar el sistema inmunológico. Consumir queso con moderación puede ayudar a neutralizar estos radicales libres, reduciendo así el riesgo de enfermedades crónicas y fortaleciendo las defensas.

Impacto del queso en la salud intestinal y su relación con la inmunidad

  • Efecto sobre la microbiota intestinal:
    Además de los probióticos, el queso contiene prebióticos como el ácido láctico, que sirve como alimento para las bacterias beneficiosas del intestino, promoviendo su crecimiento y actividad.
  • Mejora de la barrera intestinal:
    Un intestino sano es menos permeable a toxinas y microorganismos dañinos, reduciendo así el riesgo de infecciones y respuestas inflamatorias excesivas.

¿El queso beneficia a todas las personas por igual?

Aunque el queso tiene muchas propiedades beneficiosas, su efecto sobre el sistema inmunológico puede variar según el tipo de queso, la cantidad consumida y las condiciones individuales:

  • Intolerancia a la lactosa: Las personas con intolerancia a la lactosa deben optar por quesos curados, que contienen menos lactosa, o variedades sin lactosa para obtener los mismos beneficios sin malestar.
  • Consumo moderado: El exceso de queso puede ser contraproducente debido a su contenido en grasas saturadas y sodio, que, en cantidades altas, pueden causar inflamación.

El queso, especialmente las variedades fermentadas y ricas en nutrientes, puede ser una herramienta poderosa para fortalecer el sistema inmunológico. Su contenido en proteínas, vitaminas, minerales y probióticos lo convierten en un alimento funcional que no solo deleita el paladar, sino que también protege la salud. Sin embargo, como con cualquier alimento, la clave está en la calidad y la moderación.

A medida que la ciencia continúa explorando las propiedades del queso, queda claro que este alimento, lejos de ser solo un placer culinario, también puede jugar un papel importante en el bienestar general y la prevención de enfermedades. Así que, ¡disfrútalo con gusto y sin culpa, sabiendo que estás cuidando de tu cuerpo y tus defensas! 🧀

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