¿Cuáles son las señales que indican que el queso está en mal estado?
El queso de cabra es un alimento delicioso, pero como todos los productos lácteos, tiene una vida útil limitada. Saber cómo identificar si el queso de cabra está en mal estado y ha pasado su mejor momento te ayudará a evitar consumir un producto en mal estado y prevenir problemas digestivos.
Aquí te damos las claves para reconocer las señales de que tu queso de cabra ya no está en condiciones de ser disfrutado.
1. Cambio en el olor
Uno de los primeros signos de que el queso de cabra está en mal estado es un cambio en su aroma. Un queso fresco de cabra tiene un olor suave, ligeramente ácido, y un toque herbáceo. Si el queso comienza a desarrollar un olor fuerte, agrio o a amoníaco, es una señal clara de que ha comenzado a descomponerse.
2. Textura y consistencia
La textura del queso de cabra también es un buen indicador de su frescura. Un queso en buen estado debe ser cremoso o tener una textura firme, dependiendo de su curación. Si encuentras que el queso se vuelve demasiado seco, quebradizo o viscoso, es posible que el queso esté en mal estado. Además, si la corteza o la pasta del queso se vuelve pegajosa o gomosa, es mejor desecharlo.

3. Presencia de moho extraño
El moho es una de las señales más obvias de que el queso ha comenzado a deteriorarse. Sin embargo, algunos quesos de cabra curados pueden tener moho en su corteza, lo cual es completamente normal. El problema aparece cuando el moho se extiende a la parte interna del queso, volviéndose de color verde, azul o negro. Si observas moho que no es el habitual o está en la pasta del queso, lo mejor es no consumirlo.
4. Cambios en el color
El queso de cabra fresco suele tener un color blanco o ligeramente crema, dependiendo de su curación. Si observas manchas amarillas, grises o marrones en la superficie o en el interior del queso, es una señal de que se ha deteriorado. Esto puede ser una indicación de que se ha producido una oxidación o que el queso ha estado expuesto a condiciones inapropiadas de almacenamiento.
5. Sabor alterado
Si decides probar un poco de queso y detectas un sabor amargo, rancio o extremadamente ácido, es una señal clara de que el queso ha pasado su mejor momento. El sabor debe ser equilibrado y fresco, sin ser excesivamente fuerte ni desagradable. Un sabor demasiado fuerte es señal de descomposición.
6. Exceso de líquido
Aunque algunos quesos de cabra curados pueden liberar un poco de suero, si el queso tiene una cantidad excesiva de líquido o está nadando en una capa de líquido viscoso, esto puede indicar que el queso ha empezado a descomponerse. Esto puede suceder cuando el queso ha estado almacenado de manera incorrecta, como a temperaturas inadecuadas.

7. Fecha de caducidad o consumo preferente
Aunque no siempre es posible confiar completamente en la fecha de caducidad, es un buen punto de referencia. Si el queso de cabra ha superado esta fecha y presenta uno o más de los signos mencionados, es mejor no arriesgarse y desecharlo.
¿Cómo prevenir que el queso de cabra se eche a perder rápidamente?
- Almacenamiento adecuado: Guarda el queso de cabra en su envase original o envuelto en papel film o cera para mantener su frescura. La nevera es el lugar ideal para conservarlo, pero asegúrate de que esté bien protegido.
- Control de temperatura: El queso de cabra no debe exponerse a temperaturas extremas. Mantenerlo refrigerado y evitar dejarlo fuera por más de dos horas es clave para evitar su descomposición.
- Consumo oportuno: Compra porciones pequeñas de queso de cabra para evitar que se quede mucho tiempo almacenado, especialmente si se trata de queso fresco. Consume el queso dentro del período recomendado en el envase.
Saber reconocer cuándo el queso de cabra está en mal estado es esencial para disfrutar de su sabor y evitar riesgos para la salud. Si notas cualquiera de las señales mencionadas anteriormente, es mejor no arriesgarte y desechar el queso. Siguiendo estos consejos, podrás asegurarte de que siempre disfrutas de un queso de cabra fresco y delicioso.